Por las tardes, cuando voy a tomar mi “lunch” mientras juego partiditos de Cribbage en mi móvil en un
parquecito cerca de la avenida Paraguá, ya veo que las hojas de
los árboles cambian de verde a marrón. Después de un largo verano el otoño por
fin ha llegado a tierra camba. Aquí es la mejor estación posible, porque el
invierno y la primavera apenas existen, y el verano es demasiado caluroso. En el
parque había un grupo de chavalitos quienes hace unos días fueron trincados por
los pitufos por consumir estupefacientes, un delito que es castigado más severo
que un robo…
Aún así, en el otoño de tierra cambia no creas que es
necesario poner un jersey o chaqueta. El calor es menos intenso; de 35 en
verano a 30 grados ahora.
Por mi nuevo curro tengo que madrugar para agarrar un micro
temprano (a las 6 AM). El sol se ve cuando llegas a (la colina de) la Guardia.
La oficina se encuentra en la zona este de la ciudad, entre
el 2º y 3er anillo. La avenida Paraguá es una colección de talleres, lubricenters,
tiendas de ropa para empresas, garitos de almuerzo y hay un gran colegio por
donde las caseritas venden palomitas, refrescos y chucherías. Hay un gran
contraste con la avda. San Martin, la zona pija que está por el noroeste entre
el 2º y 3er anillo; aquí las aceras, tejas y ladrillos están mal y hay mucha
basura botada por todos los lados.
En la office, La gente entra con un “Bon dia don…” seguido
por un puño en caso de los hombres. Siendo yo holandés, algunos chicos del
taller me llaman “Van Persie”. Otros compañeros intentan decir Goedemorgen. Las
compañeras son muy atentas.
Como se trata de aparatos electrónicos, tengo mucho que
aprender. Es curioso que estoy en un camino Bèta siendo un Alfa, no teniendo ninguna
afinidad con instalaciones técnicas, lo cual me obliga muchas veces a visitar
mi gran amiga la Wikipedia para consultar. O bien voy a la oficina de mi
compañero M., un técnico con mucho conocimiento, experiencia y capacidad de
convencer al cliente, además habla italiano.
Sin realmente tener alguna explicación o capacitación me
colocaron con mis nuevos compañeros de ventas. Empezar a llamar al azar a
posibles clientes, introducirse con el sistema.
Los días se hacen largos por las dos horas de break al
mediodía. Cuando termina el día laboral tengo que volver al suroeste.
Primero voy hasta el 2º anillo para coger el micro 72 o 73,
durante unos 2.5 KM para llegar a la Avda. Brasil, de allá salen los micros al
Torno y a la Angostura. Una vez llegando a la Irala ya está el micro lleno
entonces es importante cogerlo antes.
En la Irala está la antigua terminal, enfrente de un garito
de pollos (hay hartísimos de eso y todos venden lo mismo, no hay
diversificación para nada). Allí siempre hay una fila de gente esperando a los
taxis y hay chamaquitos que venden sus pipocas a 1 peso a la gente en los
micros.
Después viene lo peor del viaje, cruzar la Ramada. La
avenida Grigotá es la principal ruta para llegar a la ciudad viniendo del sur.
Pero en el medio de los carriles hay un verdadero follón comercial. Caseritas
con sus refrescos, sus pinchos, los pipoqueros y todo eso en medio de la
Grigotá. El medio es un especie de acera pero debido a la intensidad del
tráfico se puede considerar espacio mal aprovechado, porque el trafico tuviera
mucho más fluidez si tuviera 2 carriles extra. No es ni 1 KM y tardas por lo
menos 15 minutos en pasarlo.
Más adelante hay otras caseras que venden ropa, después hay
un furgón grande de la pasma y recién llegas de nuevo al semáforo del 2º
anillo.
En horario de la tarde/noche (las 7), toda la ciudad está
saliendo y en cada anillo hay semáforos. Por lo general, tardas una hora para llegar
al km. 13 y de allí unos 40 minutos más para llegar al final del Torno. Mi biche por entonces ya tiene la cena
preparada, tomamos te verde, jugamos con los perros, vemos a la serie turca y a
dormir que para salir a las 6 AM el día siguiente hay que levantarse a las 5…
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